El higo es una fruta dulce y deliciosa de la que podemos disfrutar durante los meses de calor. El higo fresco suele estar presente en la mayoría de los mercados y supermercados de nuestro país desde julio hasta finales de septiembre.
La característica más destacada del higo es, probablemente, su sabor dulce, lo que ha llevado a muchos a considerarlo una fruta muy calórica. Sin embargo, si se consume fresco, su valor energético es de unas 65 calorías por 100 gramos. Calorías que provienen de sus azúcares naturales puesto que su aporte en grasas y proteínas es muy escaso.
Por su parte, el higo seco, eleva el aporte de calorías hasta las 250 aproximadamente por 100 gramos, por lo que no suele ser recomendable para personas que estén realizando una dieta de adelgazamiento.
Además de ser ricos en hidratos de carbono, los higos son ricos en fibra y en minerales como el calcio, magnesio, fósforo, hierro, potasio y manganeso. En vitaminas, destacan la vitamina K y la vitamina B en los higos frescos.
Por todo ello, esta fruta es una gran aliada a la hora de regular el tránsito intestinal, ayudándonos a control los niveles de colesterol y glucosa en sangre. Su efecto saciante también ayuda a controlar el peso, por lo que se recomienda su consumo (fresco) como aperitivo para reducir el apetito.
Su aporte en minerales contribuye a mantener en buen estado el sistema nervioso, muscular y esquelético.
También son conocidos sus beneficios para la piel no solo por su acción antioxidante sino por su contenido en psoraleno, un compuesto que se emplea en el tratamiento de afecciones como los eccemas o la psoriasis.